El humor, a la hora de definirlo tiene una amplia variedad de
puntos de vista, dependiendo de la persona que lo defina y del ámbito de donde
se mire.
Mirándolo desde el punto de vista social, el humor se lo conoce
como a todas aquellas experiencias, sensaciones, representaciones y formas de
entender la realidad que tiene como relato el divertimiento y la alegría. No
importa desde donde se lo defina, todos los seres humanos tienen la capacidad
de poseerlo, independientemente de la cultura, lo socioeconómico o geográfico
en el que se inserte, aunque el modo de activarse puede no solo variar de
sociedad en sociedad, de cultura en cultura sino especialmente de individuo en
individuo, ya que depende de su entorno que lo rodea, su edad, su manera de
pensar, su estado de ánimo, sus conocimientos, entre otros factores; en otras
palabras, no todos nos reímos de lo mismo.

Desde un punto de vista personal el humor no tiene una definición en concreta, sino que depende de las situaciones que te llevan a generar la risa, lo gracioso, ya sea un chiste, una anécdota, o simplemente una situación circunstancial, en las cuales se vea presente la ridiculización, lo sorpresivo, la ironía, el doble sentido. Estos recursos humorísticos que se revuelan en la cotidianidad, nos integra con la definición del humor, permitiendo expresar lo que es para nosotros este fenómeno altamente complejo.
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